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lunes, 6 de mayo de 2013

El Primero de Mayo

Aquí Mayo es el mes de las celebraciones; que si el día del trabajo, la Ascensión, el día de la Nación, Pentecostés y el día después de Pentecostés (si señor, por si el primero no te habías enterado). Todo esto, además de las  múltiples confirmaciones (La mayoría de la población es Luterana, por lo que no celebra la comunión) que son la reunión familiar por excelencia y donde se pueden ver los mejores Bunad del momento, tanto en hombres como en mujeres. Hay que decir que los niños están encantadores vestidos así.

Una cosa que es más que religión es que estos días TODO está cerrado, al igual que en Semana Santa, cuando están cerrados los comercios por cinco días consecutivos, y más esta vez que era el día del trabajo: todo a cal y canto. 

Claro, imagínense cómo quedan los lineales y estanterías los días de antes a dichos festivos. Si de normal estos vikingos ven una oferta y se tiran en plancha, no se pueden perder cómo es en los previos a Ferie, hasta lo más tonto se agota, increíble. Y claro, una cae la primera vez, pero no más; estos no saben de dónde vengo yo, jajaja. Así que aquí me tenéis con las tretas y la astucia ibérica cogiendo provisiones a diestro y siniestro, y más esta vez que venía a verme mi hermana, Patati.

A lo que iba, el día 30, con el lío de la coronación holandesa, creo que muchas vikimarujas se quedaron en sus vikihogares, así que Bichillo y yo hicimos acopio sin tener que luchar por el pan, la leche (si es por mi, ésta que se la lleven toda, pero PapáOso no pasa sin ella) o los rollos de papel higiénico (esos si que desaparecen en bolsa de 140, debe ser que cogen frío en las fiestas porque es un no parar de salir paquetes y paquetes).

Aun así quise que mi hermana conociese la sensación de satisfacción de dejarles, egoistamente, sin eso que tanto necesitas y que no se sabe cuándo llegará porque cada uno que pillas te dice una cosa (o le entiendes como puedes). Así que me la lleve el día 2 al súper. Y lo pudo comprobar, todo arrasado y lleno de cajas para reponer. Y qué cojo, si todo lo compré antes, pues la leche de continuación que toma el Bichillo y que es mi punto débil porque sólo en un súper la traen y hay cuando hay. Y allá que van, las hermanas gatas arrasan con todos los paquetes que encuentran (sólo 4, no vaya a ser que se caiga la balda de la estantería), pero Patati  que es todo corazón,(cómo se nota que no sufre las carencias vikingas) me dice: "y la siguiente que venga?". - "En este entorno hostil no se piensa en eso Patati!!!! ".

Pero pronto aprendió, cómo es mi chica de lista!!! (y más si le va lo suyo por medio). Estuvimos a la busca y captura del salmón ahumado. Si, si, agotado en todos los sitios!!! increíble pero cierto, esto no me lo podía imaginar, como si en España se termina el aceite de oliva. Pues sí, ocurre, ya os digo, arrasan. Tuvimos que ir al día siguiente que era cuando llegaba el siguiente pedido; cómo si no supieran que iba a faltar, si parecen survivoristas de esos que tienen búnquers por si llega la ecatombe.

Así todo, esto es un proceso de adaptación, como el idioma o las tradiciones, y creo que a esto me hago en menos y ná, porque como dice Patati, esto no es normal.








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